Capítulo 1

He dejado pasar un tiempo muy largo para volver a escribir, dejaré que se remuevan "mis adentros" se abrirán viejas heridas, quitaré la telaraña de mis recuerdos y de mis olvidos, solo quizá el sentimiento mudo de mi inocencia; se enfadará y no justificará a nadie que le hizo daño a la niña.

No hemos venido a este mundo a ser perfectos sin embargo cuando vas creciendo debes asumir tus errores y aciertos, no vale justificarse con “es qué” o el “porque a mí” ya qué afuera cuando empieces tu propia vida nadie te sostendrá o puede que jamás nadie te sostuvo y toca ser humilde y honesto.

Ese silencio quejumbroso y molesto que siempre estuvo detrás de la oreja como pepito grillo, las ausencias que dejaron a la niña indefensa y que se acostumbro a fuerza que sola podría con todo; recuerdos vagos o nada sabemos por qué la infancia es corta u otros te la acortan, y creces sin saber de ella.

Aún no comprendo por qué existen monstruos con la cara de nuestros seres queridos, la memoria es frágil como ese miedo que te paraliza, cuando tú querías gritar y te quedaste inmóvil, pensaste que era mejor esconder y sepultar lo que te dolía, eran cosas que a tu corta edad no entendías y la lección se repetía siempre todos los días. (Los monstruos de debajo de la cama no existen).

Creciste apenas y en tu corazón, otro corazón ya latía, en sus ojos las dos frágiles se veían. ¿Cómo protegerla del mal?, si ni tú lo sabías. Esas visiones que al hacerte mujer a tropel ya venían. Elegir sí que tenías, elegiste caminar al lado de aquel que te rompía y con amenazas te tenía, lo triste de ese tiempo es que eso a ti no te dolía.

Para que abrir la caja de pandora al hacerlo salpicará y saldrá de mi cerebro los escritos que a diario me hacía y aunque ha pasado mucho tiempo quiero narrar de una forma sencilla lo que me sucedía.

Un gran hombre se fue de esta tierra hace unos pocos años y el mundo meses después se paralizó entero, nos quedamos todos en casa, ese hombre era mi padre. Antes de irse estaba perdido, se olvidó de todo y de todos, puede que fuera lo mejor para él, pero fue duro que se apagara de esa manera. Eso dolió y seguirá doliendo, porque él era lo que yo llamaba mi casa, la referencia de mi hogar.

Hoy es un buen día para empezar a recordar... Antes que se me olvide...